“Recibe con simplicidad todo aquello que te suceda”.

Rabí Shlomo Yitzjaki (1040-1105), en A Serious Man (Joel & Ethan Coen; 2009)

Últimos textos publicados en  'Crónicas de un hombre serio'

La lógica de la muerteoctubre 2025

Cuando se tiene cierta edad, con demasiada frecuencia se recibe la noticia del fallecimiento de alguna persona: familiar, amigo/a, compañero/a de trabajo, de militancia o de lucha por la vida. Mientras no se entrega la cuchara, no queda otra que ir asumiendo la desaparición de muchos/as con quienes has compartido vida. Más allá de los sentimientos, cuesta hacerse a la idea de que no vas a volver a ver a esa persona. Solo queda asumir que, antes o después, lo que le ha ocurrido a ella un día te va a tocar a ti.


En gran parte de las ocasiones, la inexorable ley de la vida y de la muerte se cumple con cierta lógica: los que se van muriendo pertenecen a generaciones anteriores o, al menos, han llegado a vivir suficientes años como para poder pensar que han logrado recorrer su camino. Pero cuando la noticia es que ha acabado una vida joven, a veces apenas incipiente, no puedes evitar rebelarte ante lo injusto que es para quien se ha ido y lo cruel que va a ser seguir viviendo para aquellas personas que esperaban que se cumpliera esa lógica elemental.

No hace mucho tiempo recibí una noticia que va contra esa lógica: un amigo me dijo que había muerto su nieto más pequeño. No hay palabras de consuelo. Pensé un instante en mis hijos, en mis hijas, en mis nietos, y solo acerté a responder que no tenía ningún sentido, que no debería pasarle a ninguna ama ni aita, ni a ningún aitona ni amona. Es algo que nunca se supera. Todo lo más, con el paso del tiempo, siempre con sufrimiento, quizás, se aprende a vivir con ello.

Leer texto completo

Utilizamos cookies propias para adaptar el sitio web a sus hábitos de navegación. Si quiere conocer más información sobre el uso de cookies, visite nuestra Política de cookies.

Acepto la política de cookies