Crónicas de un hombre serio / Anecdotario
Crónicas de un pueblodiciembre 2024
Es el título de una serie que TVE emitió entre 1971 y 1974. Su propósito inicial, que no era otro que hacer propaganda de las leyes franquistas, fue ampliamente rebasado por la aceptación popular. A la gente le gustaba ver contada en clave de humor la vida cotidiana de aquel pueblo imaginario, ubicado en un entorno rural que ya había empezado a vaciarse. Quizás era el recurso para poner un filtro amable a la realidad de un país al que todavía le quedaban años dramáticos para transitar hacia la modernidad más elemental.
Había pasado buena parte de la tarde debatiendo con personas con las que comparto inquietudes teatrales. El debate era sobre qué personajes podíamos poner en escena para reflejar cambios sociales que se han producido en nuestro entorno desde un tiempo pasado -que coincide con el que se refleja, o enmascara, en Crónicas de un pueblo- hasta el momento actual.
Acabada la sesión, eché un vistazo al móvil. Tenía un par de llamadas: una de ellas era de un amigo, al que decidí llamar en un momento más propicio; la otra era de un número desconocido. Como tengo por costumbre, devolví la llamada de inmediato. Me contestó una voz femenina, que me puso al corriente: “Soy la amiga de Amparo, la mujer de Roque”. Le dije que esos nombres me eran desconocidos y ella me espetó: “Pero, ¿tú eres del pueblo?” Le dije que me temía que no, que no era de su pueblo. Ella formuló una pregunta retórica, “¿Así que no es usted de…?” (el nombre del pueblo no me sonaba), y finalizó su reflexión categóricamente: “Pues entonces es que Amparo me ha dado mal el teléfono”. Y nos despedimos cordial y educadamente.
Además de las dos llamadas, tenía también varios mensajes de WhatsApp. Al revisarlos comprobé que, entre su llamada y la mía, Ana María (al parecer, así se llama la amiga de Amparo) me había enviado una ristra de mensajes. Los reproduzco literalmente:
— Ola buenos dias
— Me ha dado amparo el telefono
— Es para que le lleve amparo dos carretillas de leña
— La estufa mia son las redondas antiguas
— Se echa por arriba
— Me dices cuanto es? Y te hago un bizum
— Me dijo amparo a 17cn el kilo
— A la espera de la contestacion
Para entender plenamente el contenido de estos mensajes seguramente hay que tener en mente cómo eran las estufas redondas antiguas. En cualquier caso, para dar luz a nuestro debate sobre cómo reflejar el paso del tiempo, podemos fijarnos en la sencillez con que, sin pretenderlo, Ana María ha plasmado en unas cuantas frases una crónica de su pueblo. Espero que haya logrado contactar con el proveedor de leña y que, al calor de la vieja estufa, disfrute de una feliz Nochebuena.