Crónicas de un hombre serio  /  Escritos con y para el corazón

Ubuntumayo 2017

Ni en mi agenda cotidiana ni en la de nadie hay tiempo suficiente para ver, leer o escuchar todo lo que está disponible a través de los diversos cauces existentes en la sociedad de la información en que vivimos. Debo confesar que selecciono incluso entre los mensajes personalizados que recibo, para tratar de dedicar atención sólo a aquello que realmente me interesa. He comprobado que me suelo equivocar, ya que abro algunos que desecho inmediatamente; y sospecho que doy pase torero a otros que contienen información interesante. Pero el tiempo es limitado. Hay que gestionarlo bien y, para ello, es imprescindible no ponerse incondicionalmente en manos de toda aquella persona o entidad que, mediante uno u otro soporte, decida enviarnos lo que le apetece o interesa.

Lo anterior viene al hilo de que tengo un compañero de fatigas que envía a mi correo electrónico -y al de otras personas- una media docena de mensajes ¡cada día! Aunque estoy seguro de que lo hace con su mejor intención (prueba de ello es que se toma la molestia de poner a cada mensaje un título y una introducción para informar de qué va el asunto), debo confesar que la mayoría va directamente a la papelera de reciclaje. Incluso -o precisamente por ello- si el aviso a navegantes indica que se trata de los mejores paisajes, los pensamientos más preclaros, los chistes más salaos o los cachorrillos -humanos o de otras especies- más tiernos. Pero, de vez en cuanto hay algo que me tienta. Y, entre esas tentaciones, aunque en la mayor parte de los casos se trata sólo de falsas alarmas, hay veces que uno se encuentra algo especial.

Como bien dice mi amigo JFA, somos pocos los que no creemos que todo lo que aparece en Internet es verdadero. Por tanto, lo que en esta ocasión ha llamado mi atención puede no serlo. Aun así, como ocurre con ciertos relatos o personajes de ficción que nos sugieren más cosas que la vida o las personas reales, me seguiría pareciendo que merece la pena dedicar un momento de nuestro escaso tiempo a reflexionar sobre UBUNTU.

Post scriptum: el relato adjunto está reducido a su mínima expresión. En este caso, la imagen que cada cual pueda construirse en la mente vale más que mil palabras. Los detalles sobre el significado de UBUNTU pueden encontrarse en WIKIPEDIA.


“Un antropólogo propuso un juego a los niños de una tribu africana. Puso una canasta llena de frutas cerca de un árbol y les dijo que aquel que llegara primero ganaría todas las frutas. 

Cuando dio la señal para que corrieran, todos los niños se tomaron de las manos y corrieron juntos. Después, se sentaron juntos a disfrutar del premio. 

Cuando les preguntó por qué habían corrido así, si uno solo podía ganar. Le respondieron: UBUNTU. ¿Cómo uno de nosotros podría estar feliz si todos los demás están tristes?” 

Nota de jga: quiero pensar que el relato está protagonizado por niños y niñas. Si no fuera así, UBUNTU dejaría mucho que desear.

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