Crónicas de un hombre serio / Pequeñas cosas
2021enero 2021
2020 pasará a la historia como el año de la pandemia. Annus horribilis, como dice el poeta. A pesar de la cepa británica que amenaza con hacer que la tercera ola rompa todos los registros, 2021 ha llegado con la esperanza de ser el año de las vacunas, mal que les pese a quienes no creen en ellas. Aunque también nos pesa a quienes estamos deseando vacunarnos pero tenemos la certeza de que alguien está haciendo negocio con la excusa de curar el mal ajeno.
Además, algunos tenemos mala conciencia por saber que las vacunas no les van a llegar a los pobres que viven en países ídem hasta que estemos vacunados los de aquí que no somos terraplanistas y los de allí que no son pobres. Por eso aquí hemos empezado jubilosos el 2021 clamando ¡Sursum corda! -¡arriba los corazones!- y me temo que allí mucha gente responda ¡morcilla gorda!. Espero, al menos, que a los pobres de allá las vacunas les lleguen mejoradas, después de que los de acá hagamos de cobayas. Me apunto.
Annus horríbilis
Año dos mil veintiuno,
apenas ha principiado
y barruntos de agoreros
dicen que darán por buenos
los males del anterior
de la “COVID DIECINUEVE”;
virus de letal ralea
aún sin su panacea.
Por lo tanto, ¡ hay que vivir !,
y -a veces- utilizar
la curil jaculatoria
del “SURSUM CORDA”; en latín,
para que simule rito
de romano “Centurión”
(antes de entrar en acción
su centuria legionaria).
Pero hay una objeción
a clamar en voz muy alta
ese litúrgico “mantra”:
la de que sea oído
por anticlerical burlón
que suelte: “MORCILLA GORDA”
como laica impugnación,
¡ y nos parta el corazón !.