Historias / Microrrelatos
Manzanitajulio 2020
Cuando pegó el estirón, se paró unos centímetros por encima del metro y medio. Luego, se fue haciendo mujer. Su madre la miraba, sonreía, la abrazaba, y le susurraba que era una preciosa manzana. Se decía a sí misma que no era guapa; los espejos le respondían que era atractiva. Pasaron los años. La vida fue dejando sus huellas. Buenas y menos buenas. Hace poco ha conocido a un hombre. Le resulta simpático. Le ha contado lo de su madre. Él ha decidido llamarla manzanita. Y le ha confesado, con cariño, que le gustaría darle un bocado. Ella se lo está pensando. Quizás no sea el momento. Quizás nunca lo sea.