Historias / Relatos
37.6 ⁰Cmarzo 2021
Este es un relato de pandemia, un género que amenaza con convertirse en un clásico, como las novelas policíacas, de espías o del oeste. Empezado hace casi un año, la falta de inspiración y la llegada de lo que podría haber sido un esperanzador verano de 2020 me hicieron pensar que quedaría como una obra inacabada. Estos días, en los que estamos de funesto aniversario, le ha llegado el momento. Les aseguro que es una historia inverosímil; por tanto, tan real como la vida misma.
7:30 a. m. de un día de marzo de 2020.
¡Piiiii! ¡Piiiii! ¡Piiiii! ¡Maldito despertador! ¡Qué sonido más siniestro tiene! Vaya nochecita. Todo el rato tosiendo. Ya estoy con catarro. Debe ser la mojadura de ayer. Solo fueron unos minutos. De la furgo a casa. Pero ¡hay que ver cómo caía! Y como justo en ese momento llamó el aita por teléfono… Me he enfriado. Porque espero que no sea el virus ese del que se habla a todas horas. He oído que produce fiebre. Será mejor que me ponga el termómetro. Creo que está aquí mismo, en el cajón de la mesilla. ¡Pipipí! ¡Pipipí! 37,6 ⁰C. ¡Bah!, esto no es nada. Un catarrillo. Como mucho, una gripe. La verdad es que estoy molido. Me tendré que tomar un ibuprofeno. Y a currar. Que dentro de una hora he quedado con la viejecita de ayer. Muy simpática, pero tiene más dudas que un entrenador en puestos de descenso. A ver si viendo los catálogos se decide. Si me da el visto bueno, empiezo mañana mismo. Y en unos días, liquidado.
[...]
Ver PDF para leer el texto completo
