Negro sobre blanco / Apuntes
Hipocorísticoseptiembre 2024
Cuando me siento delante del ordenador con la intención de escribir, lo primero que hago es abrir el diccionario en línea de la Real Academia Española y la web de la FundéuRAE, Fundación del Español Urgente. Hace tiempo que me suscribí a esta última para recibir sus recomendaciones diarias; la del pasado 6 de septiembre informaba de que diminutivo e hipocorístico no son sinónimos.
En general, las aclaraciones sobre el lenguaje que hace la Fundéu en sus recomendaciones son pertinentes, aunque hay veces que hacen referencia a errores tan elementales que sorprende que, como ejemplos de “uso inadecuado”, se citen textos publicados en medios de comunicación. También es interesante la divulgación que hace de palabras que, no siendo de uso habitual, han logrado hacerse un hueco en textos más o menos cultos; es el caso de, por ejemplo, aporofobia (fobia a las personas pobres o desfavorecidas), que en el año 2017 fue considerada palabra del año por la propia Fundéu. Intuyo que el recorrido de hipocorístico va a ser menos exitoso.
Ante la explicación de la Fundéu de que “un hipocorístico es un nombre alternativo de persona de carácter afectivo, familiar o eufemístico, y no es lo mismo que un diminutivo”, la manera en que la RAE se refiere al término no es tan rotunda. En efecto, en su diccionario en línea explica el significado de hipocorístico como la “forma diminutiva, abreviada o infantil” de un nombre, e incluye como ejemplos Pepe y Charo.
¿Qué término utilizaría la mayor parte de las personas que hablan español (y, quizás, también algunos/as miembros de la RAE) para explicar a una persona que no lo habla que son Pepe, Charo o los otros muchos hipocorísticos que se utilizan? Mal que le pese a la Fundéu, una gran parte diría que se trata de diminutivos que se usan popularmente para llamar a los Josés, a las Caridades... Y me atrevo a predecir que solo un escasísimo número de personas recurrirían al término hipocorístico. Además, en este caso, la previsible opción de la mayor parte de la población hispanohablante estaría, en mi opinión, avalada por la RAE.