Negro sobre blanco / Apuntes
La manada de cabestrosabril 2018
Esta vez la opinión pública y la opinión publicada se han manifestado al unísono. Salvo a sus allegad@s (¡vaya cruz tenerlos por familiares o amigos!) y al magistrado del voto particular (si lo pillan por Iruña, lo van a poner mirando a Cuenca), la sentencia de La Manada ha provocado las iras de la sociedad. El clamor es unánime: además de imbéciles -como dijo uno de sus abogados- son violadores.
Al margen de las incomprensibles exquisiteces jurídicas sobre la violación que no es agresión, se puede resumir la naturaleza de los especímenes en términos sanfermineros. En la manada -la verdadera, la formada por los animales que protagonizan los encierros-, ellos no son los toros bravos obligados a correr por las calles para acabar siendo luego las víctimas del festejo taurino: sólo son desecho de tienta, aspirantes a cabestros.
P.S.: ahora todo el mundo está de acuerdo en que ha habido una larga y profunda Omertá en los San Fermines.