Negro sobre blanco / Opinatorio
Carta a la Directora General de Osakidetzamayo 2018
Cómo ciudadano vasco que soy, nacido pobre y enfermo crónico desde joven, debo reconocer que sólo los avances en la investigación sanitaria y la mejora habida en los servicios sanitarios durante las últimas décadas me han permitido llegar vivo -que no sano- a estas alturas de la vida.
Aunque no la conozco personalmente, por el cargo que le ha sido encomendado debo suponer que es usted persona de buen entender. Es por ello que para explicarle mi petición le adjunto un texto escrito hace poco tiempo, tras una estancia en el Hospital Universitario Donostia, cuyo contenido sustantivo es solicitarle que tome las medidas oportunas para que en los hospitales vascos haya Habitaciones sin televisión.
En el citado texto se incluyen también algunas reflexiones sobre la organización de los hospitales vascos, las cuales me han sido suscitadas por mi experiencia como paciente y que intuyo -probablemente con cierta presunción- que pueden ser compartidas por otras personas residentes en la Comunidad Autónoma del País Vasco.
Por último, aunque no dispongo de datos empíricos suficientes como para concluir que es el caso de la organización que usted dirige, disculpe que me tome la licencia de añadir la siguiente reflexión sobre la deriva de las organizaciones que no están en permanente estado de cambio y mejora:
“Si se extrapola el término a una organización, podría definirse la entropía como el grado de desordenado equilibrio hacia el que evoluciona, si de forma cuasipermanente no se introducen en ella elementos que hagan que el supuesto buen orden organizativo original vaya mutando hacia variantes razonablemente idóneas. Dicho de otra forma: si no está sometida a permanente proceso de reorganización, la tendencia natural de una organización es a desorganizarse, hasta que quienes la conforman se sientan plácidamente cómod@s” (Entropía).