Negro sobre blanco  /  Reflexiones de un estudiante de “letras”

Lenguas e identidades en la era de Internetseptiembre 2021

Es habitual identificar una lengua con una comunidad natural que tiene una cultura propia. Sin embargo, el devenir de los siglos y la implantación progresiva de sistemas políticos modernos han dado lugar a sociedades en que las lenguas de algunas de esas comunidades se han visto marginadas en los procesos de construcción de los Estados nación. En esta jerarquización discriminatoria de unas lenguas respecto de otras, la era de la comunicación sustentada en Internet ha añadido nuevos ingredientes. No es difícil aventurar que en la aldea global en la que vivimos tienen un futuro complicado las lenguas que no logren posicionarse adecuadamente en la red de redes.


Desde que a principio del siglo XX se llevaran a cabo las primeras emisiones radiofónicas y, posteriormente, apareciera en escena la televisión, los medios de comunicación se han convertido en potentes instrumentos de influencia sobre la forma en que las diferentes lenguas participan en la formación de las identidades, tanto de las individuales como de las colectivas. Ello es debido en buena parte a que con el nacimiento de esos medios se inaugura una época en que la información puede traspasar con facilidad e inmediatez todo tipo de fronteras y, como consecuencia, pueden acceder al conocimiento, en formato crecientemente audiovisual, personas que ni siquiera tienen capacidad para leer libros u otras publicaciones escritas.  

En las últimas décadas, en la medida en que posibilitan que se pueda acceder a los medios desde cualquier parte del planeta, los avances tecnológicos y, en particular, la irrupción de Internet han facilitado el surgimiento de identidades transversales que superan los límites de una comunidad cultural concreta. Estas nuevas identidades están asociadas tanto al uso más o menos simultáneo de una o más lenguas como a formas peculiares de utilización del lenguaje. En este escenario, aquellos grupos humanos que aspiran a preservar el habla de sus antepasados están obligados a posicionarse de forma eficaz ante esta nueva forma de conexión entre lenguas e identidades; si no lo logran, serán los mercados los que, en definitiva, determinen la jerarquía entre las diferentes lenguas, como resultado de una batalla comercial y cultural en la que las lenguas impuestas por los económicamente más poderosos llevan las de ganar.  

Unos de los productos más populares de la cultura de la nueva sociedad global que tiene como eje Internet son las redes sociales, que se han erigido en actores relevantes tanto en la formación de nuevas identidades individuales y colectivas como en el desarrollo de nuevos usos lingüísticos. Entre estos usos destaca lo que a primera vista parece un evidente deterioro de la forma de utilizar la lengua escrita, pero que, en opinión de personas estudiosas de la materia, es solo una consecuencia lógica de la forma de gestionar el tiempo y el espacio dedicados a la escritura que ha impuesto la dinámica de funcionamiento de las redes sociales. No obstante, hay también quien considera que esta forma de utilización de las lenguas no es más que una nueva forma de comunicarse.

En cualquier caso, es difícil librarse de la duda sobre si tras esta nueva manera de expresarse está la falta de competencia lingüística de muchas de las personas usuarias de las redes sociales o si las personas utilizan de esa forma la lengua como prueba de que forman parte de una nueva comunidad virtual, de la cual se sienten partícipes antes que de ninguna otra y que, por tanto, forma parte sustancial de su identidad.

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