¡Oh deporte!  /  Pensando el deporte

Deporte y obesidad infantiljulio 2022

Fake news y posverdad son términos que se han puesto de moda hace relativamente poco, pero ofrecer a la opinión pública datos inexactos es una práctica habitual desde la noche de los tiempos. Los opinadores más conspicuos suelen incluir el deporte entre las cosas menos importantes de la sociedad (aunque hay quien mantiene que es la más relevante entre ellas). Quizás por ese tono menor que se confiere al deporte no suele cuestionarse la calidad de los datos que se dan sobre la práctica deportiva de la población. Y lo peor es que, a menudo, quienes hacen públicos los datos ni siquiera saben que no son veraces. 

Sin embargo, contar con datos fidedignos sobre la práctica deportiva es imprescindible para hacer una buena política deportiva. El problema radica en que tener un buen proyecto sobre lo que el deporte debe aportar a la sociedad es un objetivo casi olvidado por la mayoría de las administraciones públicas. En este panorama, el artículo “Obesidad en los jóvenes: mucho por hacer”, publicado recientemente en diversos medios de comunicación, debería remover la conciencia de quienes tienen responsabilidades sobre la política deportiva.

No es de extrañar que la autora del artículo no provenga del denominado mundo del deporte (sic). Se trata de Ascensión Marcos, profesora de investigación del CSIC y presidenta de la International Society of Immunonutrition. Sustentándose en datos contrastados, reivindica el deporte (sobre el alcance del término, me atengo a lo argumentado en deporte para todo) como uno de los recursos imprescindibles para hacer frente a la obesidad infantil. Una materia sobre la que no hace tanto tiempo el método de investigación (sic) era instalarse a la salida de clase de algunos colegios elegidos al azar y ver si entre el alumnado había un alto porcentaje con aspecto de tener un peso excesivo.


El artículo hace referencia, entre otros estudios, al informe elaborado en 2019 por la OMS sobre la obesidad infantil. En tres de las seis principales recomendaciones de dicho informe se menciona la necesidad de practicar deporte. En efecto, además de reclamar que deben ponerse medios para garantizar que niños, niñas y jóvenes adquieran hábitos correctos para alimentarse de forma saludable, el informe plantea la necesidad de poner en marcha “programas integrales” para promover el deporte y evitar “comportamientos sedentarios”; en particular, subraya la importancia de la “actividad física durante la primera infancia”. 

Es evidente que el informe llega a una conclusión que también sería válida para promover la salud de la población en general: para combatir la obesidad y prevenir sus funestas consecuencias no queda otra que cuidar lo que se come y hacer deporte; por tanto, quienes tienen responsabilidades en la materia deben ponerse manos a la obra. Al menos si se quiere evitar que esta nueva pandemia siga extendiéndose silenciosamente como viene haciéndolo durante los últimos tiempos. 

Sobre la línea ascendente del problema, el articulo señala que, si se mantiene la tendencia observada en los últimos cuarenta años, en 2022 habrá en el mundo más niños, niñas y jóvenes con sobrepeso que con insuficiencia de peso por falta de alimentos; también que, en apenas tres años, el número de menores de cinco años con sobrepeso pasará de los 42 a los 70 millones. En el ámbito del Estado español, las cosas no son menos alarmantes: según estudios realizados recientemente el 40% de los menores de 10 años tiene sobrepeso u obesidad

Al hilo de estos y otros estudios citados en el artículo, cabe una reflexión sobre los datos referidos al deporte. Por lo general, dada la forma en que se obtienen los datos, los resultados de los estudios no suelen ser estadísticamente válidos en el ámbito específico de cada municipio, que es donde se ejecuta una parte sustancial de la política deportiva. Esto suele servir de coartada a quienes presuntamente dirigen la política deportiva para pensar que en su localidad no pasa lo que dicen los estudios y que, en cualquier caso, lo que pudiera pasar es un problema que, sobre todo, concierne a los respectivos progenitores, que son los que tienen que ocuparse de que sus hijos e hijas hagan deporte

Sin embargo, es evidente que la responsabilidad de lo que ocurre con los y las menores, en un periodo de su vida en el que pasan buena parte de su tiempo en los centros escolares y en el que deberían vincularse a entidades -principalmente a clubes deportivos- en las que seguir practicando deporte tras la mayoría de edad, no es exclusivamente de sus padres y madres. El sobrepeso y la obesidad ya son un problema de primera magnitud, que amenaza seriamente la salud de las generaciones más jóvenes. Quienes dirigen el deporte, deberían implicarse en dar una respuesta adecuada. Como dice el filósofo social Roman Krznaric, para que las generaciones futuras nos consideren buenos antepasados debemos hacerlo suficientemente bien. También en el deporte.

Otros textos de  'Pensando el deporte'

¿Quieres hacer algún
comentario sobre este texto?

Contacto
contacto





Información básica sobre protección de datos.

Responsable: Javier García Aranda.
Finalidad: gestionar la suscripción al blog y la comunicación entre el autor y el usuario o la usuaria; moderar los comentarios que se realicen sobre el contenido del blog.
Legitimación: consentimiento del interesado o interesada.
Destinatarios: no se cederán datos a terceros, salvo por obligación legal.
Derechos: acceder, rectificar y suprimir los datos, así como otros derechos recogidos en la política de privacidad.

Utilizamos cookies propias para adaptar el sitio web a sus hábitos de navegación. Si quiere conocer más información sobre el uso de cookies, visite nuestra Política de cookies.

Acepto la política de cookies